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jueves, 13 de febrero de 2014

EL MESTER DE CLERECÍA. GONZALO DE BERCEO.


 


Llamamos Mester de Clerecía a un conjunto de obras literarias de carácter erudito cuyas primeras manifestaciones se dieron en el siglo XIII y continuaron a lo largo del siglo XIV.

La palabra “mester” deriva de “ministerium”, y significa oficio. Pero, en contraste con el oficio de juglares, este va a ser oficio de clérigos, que en sentido estricto se refiere a los sacerdotes y religiosos, pero aquí adopta el sentido amplio de hombre caracterizado por su saber intelectual.

Es sabido que en la Alta Edad Media el saber se refugia en los monasterios, con sus bibliotecas y scriptorios. Pero el clérigo también pone su saber al servicio del pueblo, mediante la predicación y la escritura, además de la enseñanza.

El latín fue la lengua propia de la clerecía hasta el siglo XIII, pero la lengua romance había madurado en los siglos XI y XII , en parte gracias al mester de juglaría. A imitación de los juglares, algunos clérigos inician una poesía de intención culta, de fin didáctico. Es una poesía ceñida a la autoridad, a la letra escrita:

Año y medio sovo en la ermitañía

Dizlo la scriptura, ca yo non lo sabía

Quando non lo leyesse decir non lo querría.

(Berceo)

Los autores sienten con orgullo esta superioridad de su fidelidad a la letra:

Mester trago fermoso, non es de joglaría

Mester es sen pecado, ca es de clerezía

(Libro de Alexandre)

Sin embargo, a veces el clérigo se sentirá también juglar y dirá de su trabajo:

Bien valdrá, como creo, un vaso de bon vino.

(Berceo)

El mester de clerecía trata temas religiosos y también seculares. Con frecuencia se inspira en la literatura y la historia clásicas. Su objetivo es poner “en román paladino”, historias escritas en latín, aunque no traduce, sino que crea a partir de textos latinos.

Es esencial al arte de clerecía la utilización de un riguroso isosilabismo y de una estrofa fija en número de versos y de rima. Ellos lo llaman

Fablar curso rimado por la cuaderna vía

A sílabas cuntadas, ca es gran maestría.

(Libro de Alexandre)

 

 Los versos son alejandrinos (nombre que procede de su empleo en la obra más conocida de la clerecía francesa, el Roman d’Aleixandre),divididos por una cesura en dos hemistiquios de 7 sílabas; se trata de una forma métrica muy equilibrada, especialmente apta para el carácter narrativo y didáctico de las obras, pues posee la amplitud suficiente para que el autor pueda desarrollar su narración y sus comentarios.

De forma excepcional el mester de clerecía utiliza también versos de 7 y 8 sílabas.

GONZALO DE BERCEO

Se trata del primer poeta español cuyo nombre conozcamos. Nació a finales del siglo XII en la aldea de Berceo, diócesis de Calahorra, en la Rioja, donde está la cuna de la lengua castellana. Se educó en el monasterio benedictino de San Millán de la Cogolla, donde vivió como clérigo secular.

               En sant Millán criado, en la su merçed seo.

Debió de morir bastante viejo. Por escrituras notariales sabemos que vivía aún en 1264.Los que hemos pasado por San Millán de Suso, podemos imaginar a Berceo escribiendo en su “portaleio”:

               De esta santa virgen romanzar su dictado…

Berceo no inventa, divulga, vulgariza. Hace alusión al libro que toma como modelo, no oculta que traduce. A  veces confiesa que ignora un dato que el libro no le da, o que se lee mal:

El nombre de la madre decir non lo sabría

Commo non fue scripto non lo devinaría…

 

              Ca era mala letra, en cerrado latino

Entender non lo pudi…

 

De qual guisa salió decir non lo sabría

Ca fallesció el libro en que lo aprendía

Perdiose un quaderno, mas non por culpa mía

Escribir a ventura sería gran folía…

 

La falta de originalidad temática no rebaja la personalidad de Berceo como poeta, ya que sabe modificar el texto adaptándolo al pueblo sencillo que le escucha: gentes del entorno, peregrinos a Santo Domingo, amigos, monjes, parroquianos…Berceo se propone dar sabor de cosa próxima y vivida a lo que cuenta. Se esfuerza por ser gráfico y familiar. Hace comparaciones con la vida de los labriegos y artesanos; cita refranes, utensilios domésticos, modos de hablar…

  Yo la vi, asy vea la faz del Criador…

…Commo por mis oreias las oí yo tanner

Su presencia física es constante: él es el recitador que mantiene la atenc ión de todos:

Cambiemos la materia, en otro son cantemos…

A veces supone a sus oyentes impresionados, o cansados:

…su muerte non vos duela, ca bien la merescía

 Non querré, si podiere, la razón alongar

 Ca vos avriedes tedio, io podríe pecar

Todas estas llamadas al oyente nos revelan la fusión entre clerecía y juglaría.

Su incomparable acierto es encontrar la palabra precisa y ponerla, limpiamente, en el lugar adecuado. Sus comparaciones y metáforas son bellísimas

Reýna de los cielos, madre del pan de trigo…

Derramáronse todos como una neblina…

Más blancas que las nieves que no son coçeadas…

 

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